El whatsapp del taxista 2.0

De vez en cuando uno se lleva alegrías y motivos para seguir pensando que el lema “Se bueno con a gente” merece seguir siendo el camino a seguir. Conocí la marca “Be good to people” gracias a mi amigo Ted Rubin, que lo lleva impreso en su mochila y tiene una pegatina en su ordenador que se lo recuerda todos los días, aunque no haga falta.

Siempre he creído que ser bueno/majete es gratis, pero me he topado con cada uno que hace que te cueste más seguir pensando que es una buena filosofía, pero a fin de cuentas, no deben pagar justos por pecadores, verdad?

Quiero compartir algo con vosotros. Ayer mi madre me llamó a las 6 de la tarde diciéndome que Iker (mi hijo de 16 meses) tenía 39 de fiebre. Lo único que quería era estar con él, así que decidí llamar a un contacto de taxis que tengo. Me he montado 3 veces en su taxi pero me parecía un tipo majo y me tomé la licencia de llamarle. “Sé que es un atraco, pero me pasa esto y necesito que estés en mi puerta en 5 minutos” le dije.

Su respuesta fue “yo estoy lejos, pero deja que haga una llamada y tienes a un compañero mío ahí en 5 minutos”. Así fue, su compañero entró en mi calle casi derrapando. Le dije el destino y él hizo el resto. Iba muy concentrado, y me habló lo justo, realmente se lo tomó como si fuera su hijo el que estaba esperándole. Se saltó un par de señales (pero estaba todo controlado) y en menos de 10 minutos estaba con mi hijo, que ya estaba con su madre pero quería que también tuviera a su papi en ese momento. Le pagué la carrera y ahí quedó el tema.

Mi hijo está mejor aunque el susto no nos lo quita nadie, ayer noche estaba tiritando y quedándose dormido en mis brazos. Le abracé creando un universo paralelo donde sólo existía el, y mis brazos eran dos murallas tipo Juego de Tronos que le protegían de todo. No ha pasado mala noche, y está recuperándose.

El tema es que apurando el café para llevar que he cogido esta mañana rumbo a la oficina me suena el móvil. Veo un whatsapp de un número que no conozco y otro de mi contacto del taxi. Mi contacto dice “Hola Jose, espero que tu hijo esté mejor, si necesitas algo por favor llámame”. El otro, cuyo número no conocía, dice así “Buenos días Jose, soy la persona que te recogió ayer en tu domicilio, sólo quería saber si tu hijo está bien”.

No tengo palabras…

De repente cobra sentido el que ser bueno y agradable crea estos instantes mágicos. Realmente esta persona me ve como un ser humano y no como un cliente, se preocupa por mi situación, no por saber cuándo será la próxima vez que le llame para un servicio…así se crea confianza y lealtad, así se construyen relaciones cuyo fruto beneficia al sector personal pero también al laboral. Porque con este gesto, la próxima vez que yo o cualquiera de los míos deba coger un taxi, ya sabéis a quién voy a llamar…

BE GOOD TO PEOPLE

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